viernes, 30 de septiembre de 2011

Las batallas pendientes del periodismo

No lo váis a creer, pero ayer vi gente haciendo cola por un libro. Incluso gente joven, lo prometo. Es cierto que lo regalaban y el gratis-total, en España, nunca falla. Pero hubo un sorprendente llenazo en la Asociación de la Prensa; será cosa del paro en el gremio. El “Libro negro del periodismo” trata del declive de las empresas informativas, del oficio y de los profesionales debido, entre otras muchas razones, a la competencia de Internet y de los nuevos soportes gratuitos. Por cierto, en la portada aparecen Belén Chiloeches y Alonso Trenado durante la última emisión de “Economía 21”, uno de los programas de CNN+.  A la presentación acudieron además algunos compañeros de aquella tele, fue una especie de cálido funeral en familia.

El mundillo periodístico se divide entre pesimistas (“vamos al desastre”) y optimistas (“ya estamos en él”), entre indignados (“nos explotan”) y resignados (“pero tenemos trabajo”), entre apocalípticos (“se acabó”) y directamente desintegrados (“me buscaré otra cosa”). Stop. Hasta aquí. Lo peor del libro, los incontestables datos analizados  por el autor, Bernardo Díaz Nosty. Lo mejor, la corrosiva acidez de El Roto y  algo poco frecuente: autocrítica.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Estocada a la fiesta

El cartel de Barceló para este domingo
A mi padre, por desgracia fallecido, los toros le apasionaban. Tanto que, desde su puesto de periodista en el Ayuntamiento, luchó durante años para recuperar en Valladolid la miniferia de San Pedro Regalado. A mí me interesan sobre todo los irrepetibles titulares de la fiesta. La tremebunda cornada a Julio Aparicio, la pasión y resurrección del eremita José Tomás. También la épica: los duelos sin tregua,  por San Isidro y en Canal Plus, de El Cid con los victorinos. Y, por descontado, la narrativa. Ese hilo irónico con el que el maestro Joaquín Vidal enhebraba crónicas memorables a partir de una desdichada sucesión de toros mansos, picadores sanguinarios, vergonzosos bajonazos y el sofoco de una señora en el tendido de sol. 

Entre los aficionados de la familia, mi hermano Alejandro, nueve años más joven que yo, es el número uno del escalafón. En septiembre de 1992, como sin querer -"cojo la entrada que sobra"- vio cortar una decena de orejas en la alternativa de Manolo Sánchez (junto a Roberto Domínguez y Espartaco), en la plaza de Valladolid.  El 24 de septiembre de 1994, Espartaco y Manolo Sánchez, mano a mano en el mismo ruedo, y mi hermano en el tendido, repitieron estadística triunfal: otras diez orejas. Hasta ahí, mi envidia era discreta. Pero en septiembre de 2008, Alejandro, que vivía ya en Barcelona, disfrutó de la fortuna de ver a José Tomás en la Monumental. Ese día no hubo trofeos, hubo algo mejor. El maestro pidió y obtuvo el indulto del toro "Idílico" (como puede verse en estas imágenes de La 2). 


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Las batallas perdidas del periodismo

No soy pesimista pese a los últimos meses, no me siento catastrofista aunque los medios de comunicación sean noticia cada día por despidos y cierres. Y sin embargo alguna vez me asalta la intuición de que nuestro sector ya se parece demasiado a la construcción: porque acusa la burbuja publicitaria heredada de la falsa prosperidad, porque casi todo está en venta, porque puede quedarse como un solar.

Los periodistas estamos perdiendo irremisiblemente la batalla de la fidelidad. La información pautada –a horas fijas, en formatos establecidos- ha cedido ante el nervioso picoteo procedente de las redes sociales. Inmediato, gratuito y participativo; más vale comprenderlo que demonizarlo, porque la tendencia se acentuará en las próximas generaciones. Hasta las páginas web, adaptadas al  ecosistema naciente, se han convertido al formato sábana: deben contener el mayor número posible de recursos, también de entretenimiento, espectáculo y oportunidades comerciales, para que el lector, siempre de paso, no sea arrastrado hacia la competencia por un diluvio de estímulos. Y en el combate a muerte por la sorpresa constante, nos vamos dejando, aunque nos duela, jirones de calidad.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Estos maravillosos años

Cuarta plaza en el Mundial de Cali 82, plata en el Europeo 83, plata en los Juegos de Los Ángeles 84. Hace tres décadas, la selección de baloncesto hizo vibrar durante varios veranos seguidos el entusiasmo deportivo español. El equipo nacional de Antonio Díaz-Miguel, forjado en torno a las estrellas del Real Madrid y del Barcelona pasaba página a una aburrida Liga para desafiar a los gigantones soviéticos y a los virtuosos yugoslavos. Una madrugada del verano del 84, Corbalán, Epi, Fernando Martín y compañía compartieron cancha en la final olímpica con estrellas emergentes del basket mundial como Michael Jordan y Pat Ewing. Perdimos 96-65. Parecía imposible pedir más.

La NBA era otra galaxia. Literalmente. Todavía no se emitían partidos en televisión y las únicas imágenes llegaban en la maleta de los entrenadores que viajaban en verano a Estados Unidos para aprender en las universidades –aquel  “corte de UCLA”- y ojear jugadores baratos y dispuestos a aterrizar en España, ese país del que nunca habían oído hablar. Los jóvenes aficionados compartíamos la revista  “Nuevo Basket” antes del entrenamiento. He rescatado algunos ejemplares del trastero, he sacado del cajón una camiseta desteñida que no me cabe.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El impuesto que resucitó

Logotipo de la Agencia Tributaria
Estoy a favor de pagar impuestos. Lo hago religiosamente, con fe y sin masoquismo: no  renuncio a las devoluciones, recurro si considero que hay errores. El de Patrimonio, por ejemplo, lo abonaría con gusto. Pero no me toca. Fue abolido por el gobierno de Zapatero en 2007, en la antesala de la crisis, cuando España prefería presentarse como un paraíso de la prosperidad.  El tributo estaba cedido a las Comunidades y aportaba en conjunto unos 2121 millones de euros. Tras su reinstauración, aprobada hoy en Consejo de Ministros, se ha restringido a los 160.000 contribuyentes más pudientes, aquellos cuyo patrimonio supera, resumiendo, el mínimo exento de un millón de euros. 

Más que el impuesto en sí, me llama la atención la justificación argumental de las políticas fiscales. Hace años, Zapatero quiso sumarse a la corriente conservadora favorable a devolver el dinero a los ciudadanos para estimular la actividad económica. Aseguró entonces que bajar impuestos era “de izquierdas” , ignorando el auténtico estandarte de la izquierda: las necesidades y la financiación del Estado del Bienestar. Una conquista de las sociedades europeas, emblema también de nuestra democracia. Porque, por ejemplo, la enseñanza y la sanidad públicas salen de nuestros impuestos.

martes, 6 de septiembre de 2011

Esperanza y los números

Esperanza Aguirre tiene un problema con los números, que no trata de ocultar. Y otro con el número gramatical. Si en la carta dirigida a los profesores de Secundaria, Bachillerato y FP, la presidenta de la Comunidad de Madrid olvidaba un puñado de tildes –que sí aparecen en la copia con el sello del registro- , en la enviada a los padres para informarles de la concesión de ayudas en la compra de libros de texto ignora en un par de ocasiones la correcta concordancia, combinando sin demasiado tino el singular con el plural. (Tarjetas-monedero... que caducará; La Consejería de Educación y Empleo,..., conscientes de...) 

Carta sobre ayudas para libros de texto
 Más allá de estos errores, resulta llamativo que ella misma, y no el director del departamento correspondiente, firme esta notificación a las familias. Un gesto de cercanía que encaja en la perspectiva populista con la que ha abordado el conflicto con los profesores. La lideresa del PP, siempre atenta al latido de la opinión difundida en los medios afines, aseguró hace unos días que los docentes se quejaban porque su gobierno había decidido que el curso entrante, en vez de 18, trabajaran 20 horas semanales. Olvidó explicar que en realidad la jornada laboral es de 37 horas y media, similar a la de otros funcionarios, y que sus cifras se referían solo al tiempo que emplean dando clase. La misma manipulación que cuando se muestra el hemiciclo del Congreso semivacío para asegurar que los diputados no hacen nada.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La letra grande, la letra pequeña

Tres años después de la quiebra de Lehman Brothers, con la economía española estancada y sin visos de recuperación, con más de cuatro millones de parados en la calle, PSOE y PP por fin se han puesto de acuerdo…para aprobar, hoy en el Congreso (316 votos a favor, 5 en contra), la inclusión en la Constitución de un límite al déficit y al endeudamiento. La política de altura puede requerir, supongo, algunas pequeñas maniobras. Pero el pacto entre un partido que ha defendido -¿con razón?- el endeudamiento como garantía de los derechos sociales con otro que ha abrazado -¿como dogma de fe?- la sagrada inmovilidad de la Carta Magna suena a exagerada maniobra para una política de cabotaje.

Con todo, PSOE y PP no se han quedado solos este viernes en el surrealismo. BNG, NaBai y ERC se ausentaron de la votación (¿no era mejor oponerse?), CiU y PNV prefirieron no pronunciarse (¿la abstención no les convencía?), Gaspar Llamazares, de IU, dijo que “su espíritu” salía, pero dejó “su cuerpo” en el hemiciclo para impedir la abstención de CIU, y hasta el presidente de la Cámara Baja, José Bono, recordó en público que, previa consulta con la RAE, había retocado un párrafo por razones gramaticales. Cuando sus señorías se ponen sutiles…