viernes, 23 de mayo de 2014

Esta vieja, lejana y anodina Europa

El control de calidad de la democracia, el trabajo y los derechos, la imagen más culta de la modernidad. La Unión Europea, el ‘Mercado Común’ entonces, fue durante décadas el sueño prohibido de la España aislada y dictatorial. Habitábamos un país cejijunto, reducido al tópico turístico de las playas y la diversión, en una esquinita acomplejada que sólo asomaba la cabeza al continente con las cinco Copas del Real Madrid y cuyos sudorosos embajadores eran los emigrantes.
 
Medio siglo después, el sueño de la unidad europea ha encallado en su propia indefinición. Nació contra la guerra y para impulsar la recuperación, se transformó en un club de ricos, creció por un impulso geopolítico hacia el Este para enterrar la Guerra Fría, se atascó en una Constitución pactada y lejana. Ahora el proyecto comunitario se enfrenta enfermo a unas nuevas elecciones. Si los votantes damos por sentados –veremos si con razón- los principios del pacifismo y de la democracia, si el crecimiento retrocede y se resiente la justicia social, si los líderes descartan avanzar hacia la unidad o al menos una colaboración más intensa, ¿puede ilusionarlos sólo la gestión? Muchas gracias por los servicios prestados a los padres fundadores, misión cumplida. Fin de trayecto.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Universos y novelas

La tarde en que murió García Márquez desapareció sin misterio una miríada de palabras. Algunas sencillamente se borraron, salpicando de blancos los pentagramas del hijo del telegrafista de Aracataca. Otras echaron a volar, se escaparon de las páginas, mezcladas con el polvo que se revela al trasluz cuando el viento entreabre en la contraventana del tiempo.
Era jueves cuando la muerte se emancipó de la fabulación. Faltos de ritmo, aterrizaron a trompicones los hados del relato. Aquellas portadas del boom, universos y novelas, el homenaje al genio. Un sustantivo, impar y desgastado, agonizaba entre adjetivos retorcidos para destilar, infructuosamente, el jugo de la enésima imagen original. Los verbos, fuera de sitio, guardaban silencio. Luto en las letras.   
Algún día regresaremos con Melquíades a Macondo. Inventaremos vocablos y fabricaremos artefactos ahora ni siquiera soñados, nos empaparemos bajo ese diluvio cósmico que reblandece el alma, ahondaremos en los abismos genealógicos que transformarán en leyenda nuestros demonios familiares. Bajo el vértigo narrativo, volveremos a volar enhebrados al hilo de otra historia.
Entretanto, han concluido los tragos y hasta las putas están tristes. Al realismo, agotado y sin magia, le asoman tuercas y tornillos bajo los andamiajes. Ingeniería literaria, algoritmos sin sorpresa. Adiós a la poesía, dónde se ahogaron los sueños, nos preguntamos con los pies anegados en el fango, fatigados otra jornada más por tanta prosa.