domingo, 28 de agosto de 2016

Ficcionario: YouNoTuber

Jamás me habéis visto mover el tupé negro carbón junto a una multitud en el FIB, ni explicar en un tutorial la receta de esas suculentas cupcakes (antes conocidas como magdalenas), menos aún hacerme un selfie submarino entre sobornados peces de colores. Nunca recorrí ante vuestros ojos ignotos confines de lejanos continentes; mi mejor viaje fueron unos cuantos libros, alguno de ellos francamente aburrido. Prefiero la música sin muchos decibelios, la lectura en voz baja, la calle al gimnasio, los bares semivacíos y los vasos medio llenos.  

He renunciado a retransmitir el amanecer desde un teléfono móvil. Podrían acusarme de explotarlo en beneficio propio, reclamarme los derechos de autor, llevarme a los tribunales, retransmitir la vista en directo, otra carita compungida en el banquillo, "yo no sabía nada, lo hizo mi pareja", encerrarme en una celda con cámaras de seguridad, clasificar en un archivo de vídeo cada noche de cautiverio. Borrarme a escondidas para liberar espacio en el disco duro de esta desconcertada Humanidad. Delete. Este usuario ha dejado de existir.

sábado, 27 de agosto de 2016

Ficcionario: Xicoxix

Hiberno en las entrañas del lado oscuro de Internet, soy tu futuro replicante. He visto las fotos de la barbacoa del sábado –muy guapas tus hijas-, leo (e ignoro) las frases motivadoras de tus cuñados, tantos buenos sentimientos, custodio la pasta del finiquito que la pasada semana depositaste en el banco. Me inquieté al leer anoche tu  consulta sobre esa enfermedad que antes era larga, dolorosa e innombrable;  reconozco que llegó a preocuparme la pregunta sobre los trámites para testar. Hasta que, antes de acostarte, hiciste la reserva para esta casa rural. Qué raro que vengas solo.  

Muy cerca del paraje que conocerás, en el interior del corral contiguo a un laboratorio clandestino,  pastan ahora mismo en silencio siete ovejas hijas y a la vez hermanas de Dolly. Mezcladas con ellas, otras siete ovejas negras balan atemorizadas. Esta mañana de fábula el aire huele a lobo. El experimento empezará tan pronto como aparque aquel camión. Un investigador sin demasiados escrúpulos animales tratará de observar cuántos miedos viajan impresos en el ADN y cuáles se aprenden. Después de poner a remojo la bata ensangrentada, limpiar la escopeta y guardar sus grabaciones en una web cifrada tiene previsto escuchar a Bach mientras pasea por el monte. Eso le relaja. Pero no te preocupes, nunca molesta a otros huéspedes. 

viernes, 26 de agosto de 2016

Ficcionario: Wifidictos


Si a la hora de la cena comenzara a inclinarse el Titanic, algún pasajero con habilidades tecnológicas se las ingeniaría para retransmitir en directo el drama (y el concierto del pianista) por Periscope. Si al amanecer se desplomara un rascacielos, decenas de personas mostrarían de mañana por Facebook Live a los equipos de salvamento rastreando indicios de vida entre los escombros. Pero, ¿qué podríamos hacer si esta tarde se hundieran a la vez y por un espacio prolongado de tiempo las redes inalámbricas? ¿Cómo asumiríamos la pérdida del acceso móvil e instantáneo a Internet? ¿Qué sentimientos nos suscitaría, por ejemplo, un teléfono deconstruido en dispositivo que sólo sirve para hablar o una tableta tonta?

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, presentó en 2014 un proyecto de su Laboratorio para extender, recurriendo incluso a drones, la conexión a Internet hasta los rincones más remotos del planeta. Citius, altius, wifius, la Red quedaba consagrada por uno de sus más respetados santones como autopista directa hacia la civilización. Desconocemos todavía la acogida y el impacto de su empeño entre las tribus de la Amazonia profunda (y entre sus antropólogos de cabecera), y hasta qué punto puede ayudarles o fastidiarles que les saquen a la fuerza y en taparrabos del armario analógico.  

jueves, 25 de agosto de 2016

Ficcionario: Virgulitis

La encontré un jueves por casualidad, al agacharme a rescatar una moneda suicida. Estaba junto a la pata de la cama, todavía cerca del libro. Le faltaba una letra, tenía rotas otras dos. Yacía exánime y avergonzada, entre el atrevimiento de quien emprende una loca huida y el muy humano pudor del fracaso. Tendida a su lado, una virgulilla trataba de ocultarse bajo una pelusa. Saqué el cassette de Bruce Springsteen y deposité a la agonizante con sus miembros fracturados en la caja de plástico transparente. Como tantas veces había escuchado, rodeé todo con minúsculos pedacitos de hielo. 

El palambulatorio se encontraba casi vacío. No tuve que dar demasiadas explicaciones; los accidentes son frecuentes en verano. Nos atendió un médico en prácticas. Se mostró desconcertado. Aunque en esta época acuden pocos enfermos, admitió que apenas tenía tiempo para leer. Pidió ayuda de forma discreta a un par de compañeros con más trienios, bolígrafos y dioptrías. ¿Volante para el especialista? No disponíamos de tanto tiempo. ¿Traslado a Urgencias? ¿Cuánto tardaría la ambulancia?

miércoles, 24 de agosto de 2016

Ficcionario: Ultransversal

Transversal podría definir una postura del Kamasutra o la trama de Rayuela, que un verano leí en Lisboa, no sé si en el orden adecuado, y en el fondo qué más da. Esa ambigüedad constituye una travesura del idioma consagrada por quienes le dan esplendor. Porque "transversal" puede significar, según la RAE, "que se extiende de un lado a otro", "que se aparta de la dirección principal" y "que se cruza en sentido perpendicular" con ella. Ojalá nunca se topen con palabra tan equívoca en un cruce de caminos o en la última línea de una novela de intriga. Les dará la hora y acabará pidiéndoles dinero.  

Hace 20 años, cuando yo era alto y tenía el pelo negro, mi amigo Carlos Ameyugo, que era más alto y tenía el pelo más negro que yo, solía decir que al oír la palabra "multidisciplinar" siempre se echaba la mano a la cartera para comprobar si seguía en su sitio. A pesar de los exagerados recelos de Carlos, que hoy predica el español en las lejanas misiones estadounidenses, aquel seductor enfoque "multidisciplinar" fecundó nuevas y prometedoras perspectivas hasta concebir ese tramposo pero resultón "transversal" que ha conquistado innumerables Powerpoints y promete pingües beneficios en los másteres de las autoescuelas de negocio.

martes, 23 de agosto de 2016

Ficcionario: Tantallas

Página de "A través del espejo"
Ilustración: John Tenniel 
Si la inquieta Alicia atravesó el espejo para descubrir un universo de insospechadas sorpresas, nosotros, ejemplares maduros de Homo Conectatus, hemos optado por edificar al otro lado de las tantallas una incorpórea realidad a medida. Tanto, que no sabemos vivir sin ella. Entre 80 veces, según un estudio de Apple, y 110, de acuerdo con un informe de Android, activamos cada día el teléfono móvil. Siempre nos queda el consuelo de las triquiñuelas estadísticas. Resulta tranquilizador constatar que quien esto escribe y sus lectores somos personas moderadas que practicamos un sobrio autocontrol. A cambio, debemos asumir que nos rodea una muchedumbre de atolondrados. Pero, como exclamaría mi abuela Pilar, son tan buenos que hay que quererlos.

El Homo Conectatus  se comporta como un cautivo fijo discontinuo que únicamente apaga el móvil (y no siempre) al enredarse en sus ceremonias de apareamiento. Es la última etapa de un ritual que los jóvenes ejemplares de la especie comienzan intercambiando los nombres en las redes sociales, desarrollan con el envío mutuo de snaps y emojis –algunos incomprensibles- y festejan con un sonriente selfie presencial (mejor sin palo). “¿No tendrás un cargador para este móvil?” es la proposición que, anticipan los antropólogos del futuro, tras una apariencia inocente puede convertir un contacto esporádico en una relación intensa y fugaz como una Perseida.  

lunes, 22 de agosto de 2016

Ficcionario: Sostenibilidead

Pirro de Épiro (Foto: Andrea Puggoni)
Corría (despacio) el año 280 antes de Cristo cuando Pirro de Epiro dejó su epiroica frase para Wikiquotes: “Otra victoria como ésta y estaré vencido”. Lo hizo tras la batalla de Heraclea, en la que llegó a dársele por muerto, lo que le obligó a personarse  ante sus tropas para desmentir de cuerpo presente el rumor. Este rey de un antiguo estado griego derrotó esa jornada a los romanos lanzando contra ellos una veintena de elefantes. Pero el número de bajas en sus propias filas fue tan elevado que, ante el temor de no poder continuar la guerra, pronunció la juiciosa sentencia.

No hace falta regresar del más allá para darse cuenta de que, como auguró el intuitivo soberano, hay triunfos difíciles de sostener. Un ejemplo ilustrativo lo constituye la Wikipedia, un exitoso hito de Internet llamado a parecer por esencia insuficiente. Si el mapa del Imperio sobre el que fabuló Borges tenía el mismo tamaño que el propio Imperio, ¿es posible aprehender, ordenar y enlazar en tiempo real todo el conocimiento que genera nuestra era? ¿Cuánto saber cabe en nuestro cerebro y cuántos petabytes ocupará ese saber sistematizado, ordenado e indexado?

domingo, 21 de agosto de 2016

Ficcionario: Religerancia

Empecemos por lo humano. Hace falta ser malnacido para secuestrar en nombre de la religión a un octogenario, obligarle a arrodillarse ante el símbolo de su fe y degollarlo mientras se graba la humillación en vídeo. Hace falta ser malnacido para arrollar con un camión a una multitud indefensa, hace falta ser malnacido para llenar de bombas unos trenes abarrotados de gente. Semejantes carnicerías no acreditan ser un buen musulmán (ni cristiano, pero no es el caso) ni un eficiente yihadista, sino apenas un malnacido.  

Catorce siglos y medio después del nacimiento de Mahoma, más de 700 años después de la última cruzada medieval, algunos iluminados han decidido lanzar a sus hermanos más pobres e ignorantes a una guerra de religiones. Y no, no se trata de un conflicto por creencias; nadie les impide profesar la suya en sus países de origen, ni siquiera en los de acogida. Tampoco asistimos en rigor a una lucha entre civilizaciones pese a que coincida en el tiempo con un desplazamiento masivo de refugiados musulmanes hacia las sociedades laicas de Europa Occidental. 

sábado, 20 de agosto de 2016

Ficcionario: Quinihilistoico

Pocas veces vi tan irritado a mi tío-abuelo Eustaquio. Es verdad que antes de rendirse a la indolencia de la vejez había comenzado con frecuencia a quejarse, con más sorpresa que enojo, sobre las vicisitudes de una España que dejó de comprender a medida que  cumplía años, y ya superaba de largo los 70. Esa tarde me recibió de nuevo con los andares oscilantes, enfundado en un batín que no disimulaba sus pantalones gastados y unos zapatos antaño lustrosos pero ya disparejos.

Eustaquio Domínguez era una persona con cultura. Leía libros avanzados para su época y como marino había viajado al extranjero en la época de Franco, cuando pocos lo hacían.  Disfrutaba su vida hasta que un atropello brutal le rompió más huesos de los que albergaba y quedó confinado entre las cuatro esquinas de una casa compartida con su hermana Pilar en Valladolid. Allí recordaba la época dorada que vivió en Madrid, las visitas vespertinas al casino militar de la Gran Vía, tantos partidos en el Bernabéu y en el Calderón. “Qué-pron-to-se-pa-sa-to-do”, suspiraba de manera indefectible al apurar un café,  acompañando cada silaba sobre la fugacidad con el tamborileo de sus dedos huesudos sobre una diáspora de migas. 

Pero aquel domingo, charlando de fútbol, movió una mano sin emoción. "Acerté la quiniela". La forma de anunciarlo no invitaba a darle la enhorabuena. "Acerté la quiniela, pero fíjate, mi hermana Pilar olvidó el sellar el boleto …"  Ella, menuda y siempre sonriente, apareció en el umbral para corroborar la buena nueva. "Se me olvidó en la cartera". En el salón amenazaba tormenta. Eustaquio alzó la voz. "¡Gané la quiniela y un periodista estúpido, ¿tú te crees?, dijo en la radio que había un único acertante de catorce, un señor de Sabadell, cuando yo tengo otro boleto sin fallos en la cartera…! ¡Tráelo, tráelo!" 

viernes, 19 de agosto de 2016

Ficcionario: Prexigente

"Este hombre al que me honro hoy en presentar contribuirá a hacer aún más grande la ya gloriosa leyenda de nuestro club". El presidente repitió su frase favorita, la misma que había utilizado al dar la bienvenida, durante la temporada anterior, a otros siete fichajes de calidad contrastada y llamados a marcar la diferencia con los rivales. Como entonces, nadie se atrevió a carraspear. Los directivos, conscientes de la importancia del instante, que les había obligado a adelantar el final de sus vacaciones. Los periodistas, tan acostumbrados a oírla que no repararon en ella.  Los jugadores, algo incómodos. Y el público, porque ya no podía disimular su ansiedad por ver al astro en acción.

"Este hombre, repito, ha renunciado a mucho por estar aquí con nosotros, se lo reconozco y agradezco públicamente". Sonó una palmada sin eco. El aludido sonrió, entornó los párpados, inclinó la cabeza sin mover un pelo. Le hubiera gustado, por un heredado sentido de la educación, fingir algo de modestia, pero el brillo ambicioso de los ojos traicionó el gesto. Una salva de aplausos desorganizados desvió a córner la incomodidad del empleado que había quedado en fuera de juego. 

jueves, 18 de agosto de 2016

Ficcionario: Ochentosaurios

Cabalgamos los 80 sobre aquellas bicicletas irrompibles que lanzábamos cuesta abajo, esquivando las piedras para no salir volando entre carcajadas. Competimos con una rueda pinchada, quedamos  “donde siempre” a medianoche, reímos sin miedo. Aquello era un verano; sírvame todo “con”, o mejor quite sólo las responsabilidades.

Al ritmo del radiocassette, lo llevábamos por turnos, llegamos a creer que la Luna era nuestra y estaba ahí para conquistarla bailando, como Michael Jackson. Mientras él se deslizaba, ingrávido, marcha atrás, entre decenas de zombies, Maradona avanzaba en zigzag ajusticiando a doble velocidad a cada inglés que salía a su paso. Vida-videojuego. "¿Me da monedas para llamar desde la cabina?". Matábamos marcianitos hasta que no sentíamos las piernas, ni siquiera eso iba a detenernos.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Ficcionario: Ñacionalismos

El nacionalista catalán Francesc Homs presentó el martes 19 de julio su candidatura a presidir el Congreso de los Diputados. Fue descartado en la primera ronda y los votos de su partido se utilizaron luego para apoyar a candidatos del PP a la Mesa de la Cámara. Más simbólicos que su previsible fracaso fueron sus deseos de tener un grupo parlamentario propio sin cumplir todos los requisitos y el momento elegido, una semana después de que el Tribunal Supremo le citara como investigado por organizar en Cataluña una consulta soberanista contra España. 

Del sentido al sinsentido pasando por el mercadeo transita desde hace años el nacionalismo catalán. Pisa moqueta, reclama financiación y administra instituciones por la mañana. Se echa a la calle disfrazado de romántico revolucionario, despeinado con dos deditos, por la tarde.

Como tantos siglos debatiendo ensimismados sobre el ser, las esencias y las encrucijadas históricas dejan huella, o al menos se hacen plomizos, nuestros ñacionalismos guardan en el ADN una obsesión con el pasado que lastra el presente. Para desgracia de todos, nada hay más español que gastar tantas energías inútiles en descubrir qué es para luego pretender no serlo. Papa e hijos, qué sorpresa, a veces se parecen. Son agrandaos, abusan de las grandes palabras (“libertad”, “democracia”, “derecho a decidir”…) y, en vez de elevar el listón ético, muestran una acusada tendencia a mezclar poder y negocio. 

martes, 16 de agosto de 2016

Ficcionario: Nostureo

Dinesh y Tarakeshwari Rathod hicieron cumbre hace unos meses en la onanística práctica del postureo. En una rueda de Prensa organizada el 6 de junio en Katmandú aseguraron ser la primera pareja india que había coronado el Everest. Como si el punto más alto de la Tierra no fuera por temporadas una atascada autopista hacia el cielo, como si con tanta gente y el fresquito resultara complicado arrejuntarse allí arriba.

170 personas llegaron a la cima el 23 de mayo de 2010, el día más concurrido de su heroica historia; más de 70 de nacionalidad india lo habían conseguido esta misma temporada antes que ellos. Probablemente Dinesh y Tarakeshwari no buscaban tanto la soledad como un reconocimiento global de su menage a trois con la aventura.  Ya en años anteriores habían presumido del ascenso al pico más alto de Australia y de sus especiales habilidades en el skydiving. Parece que tienen otras. 

lunes, 15 de agosto de 2016

Ficcionario: Mantramientos

Según las tradiciones judía y católica, dos veces, dos, tuvo que escribir Dios, que esa tarde estaba de buenas, las Tablas de la Ley a Moisés. Semejante esfuerzo no fue en vano: sus mandamientos se han desobedecido durante siglos. 

Si hoy preguntáramos al algorismo rampante (que reina pero no gobierna), nos despacharía con una lista breve de 5 tips copiados de Internet. ¿Carece de solemnidad? Da igual, a base de compartirla y repetirla se convertirá en verdad revelada. Palabra de gurú. Con el calor del verano y la edad, los dioses terrenales se han hecho más vagos, googlean o han aprendido a delegar.  

-Sea proactivo. Tome la iniciativa. ¿Cuál? No importa. Sólo tiene que parecer diferente, aunque resulte disparatada. Haga cosas, por Dios, haga y haga. ¿Ha oído hablar del éxito de IKEA? Pués hágalo usted mismo. ¿Son suecos y no entiende? Consulte a Google Translate.

domingo, 14 de agosto de 2016

Ficcionario: Llenajenada

El nuestro fue un amor de circunstancias. Nos presentó una amiga común, presintió que encajaríamos bien. Comenzamos a salir juntas por costumbre, hasta que las llamaradas de tantas afinidades nos hicieron inseparables. En 1803 nos casó la RAE y quedamos instaladas en la decimocuarta estancia de su diccionario.

Quisimos formar una famillia felliz, tuvimos no sin dificultades una parejita de vocales gemelas. Procuramos que cada una se sintiera única y distinta. Porque no supimos educarlas o porque así son las letras de ahora, debieron sentir que nos separaban y se marcharon, cada una por su lado, a fundar sus propias sílabas. Cómo me apena que apenas se llamen para felicitarse las Navidades. Y allí nos quedamos nosotras, solas de nuevo, aburridas y condenadas a envejecer en compañía por miedo al "qué dirán"

sábado, 13 de agosto de 2016

Ficcionario: Lunternet

El 20 de julio de 1969  el hombre pisó la Luna. Casi una década antes, en torno a 1960, había arrancado la cadena de innovaciones que hacia 1990 hicieron posible la creación de Internet, el insondable satélite artificial de la Tierra.

Aquella luna mantiene hoy su fascinación virginal. En paralelo, Internet crece, evoluciona y se extiende envolviendo nuestro planeta desde los fondos oceánicos hasta la nube. Permite la libertad de movimientos de capital, fomenta la de mercancías y tolera, con limitaciones, la de personas. No impone cupos a inmigrantes. Defiende con entusiasmo juvenil la igualdad de oportunidades, con la ilusa esperanza de que un graffitero visionario coloree para la efímera posteridad de su Snapchat a la neutralidad en la Red guiando al pueblo.  

viernes, 12 de agosto de 2016

Ficcionario: Kuba

El pasado 20 de mayo 21 balseros cubanos permanecieron encaramados durante ocho horas en un faro en desuso llamado "American Shoal" y situado a algo más de seis millas náuticas de Florida. Allí se dirigían cuando vieron acercarse a una embarcación de la Guardia Costera estadounidense. Para evitar ser detenidos, se lanzaron al agua y treparon por la instalación, construida en 1880, cuando la isla de la que habían partido era todavía una colonia española. 

Como si intentaran regresar al pasado, estos emigrantes furtivos vieron en aquella vieja estructura su última esperanza. Pensaron que era territorio de Estados Unidos y que al tocarlo  tendrían que ser aceptados por ese país, como establece la política de "pies secos, pies mojados". Tras un intenso tira y afloja, la mayoría accedió a descender. Otros optaron por mantenerse escondidos, aunque bajaron un día más tarde. Comenzó entonces para todos una estancia de cinco semanas en un barco a la espera de que un juez dictaminara si habían tocado suelo y tenían derecho a quedarse, o si por el contrario debían ser devueltos a Cuba. 

jueves, 11 de agosto de 2016

Ficcionario: Juegos Bolímpicos

Unos cuatro kilos suele perder a lo largo de la temporada el triatleta Javier Gómez Noya, pentacampeón mundial de la especialidad, medalla de plata en los Juegos de Londres en 2012, Premio Princesa de Asturias del Deporte y, para desgracia de todos, ausente en Río de Janeiro. Unos cuatro kilos puede ganar en sólo dos semanas, si no escatima esfuerzos, cualquier aficionado entregado al sacrificio de disputar con febril intensidad desde el sofá los Juegos Olímpicos.
   
Mientras nuestros representantes sudan, miles de bolímpicos vagoréxicos nos tocamos -con perdón- las bolas en el sprint final de esta maratoniana temporada deportiva. Sólo en las últimas semanas hemos corrido sin bicicleta al ritmo de Froome por las rampas del Mont Ventoux, hemos sudado como los dirigentes  del PP para borrar los discos duros de los ordenadores de Bárcenas, hemos disfrutado más que el peluquero de Messi. Y aquí seguimos, como si tal cosa, listos para el siguiente esfuerzo. 

miércoles, 10 de agosto de 2016

Ficcionario: Ignocracia

5.208.000 artículos acoge en este instante la Wikipedia en inglés, cerca de 1.800.000 en francés,  más de millón y cuarto en español, unos 231.000 el Vikipedio en esperanto. Suponiendo que la sabiduría fuera única y universal, su compilación se traduce en distintos tamaños para idiomas diferentes, aunque alojados todos en Internet. Suele decirse que gracias a la Red tenemos acceso a ignotas bibliotecas reales, también a la biblioteca de Babel de Borges, pero lo cierto es que preferimos otros destinos turísticos, y no debido al precio. La libertad reside en tener opciones más que en aprovecharlas: leer o no leer. Y sin embargo, no da igual. Lo primero puede ayudarnos a todos.  

Mariano Rajoy, que es precisamente la opción preferida de los españoles, recibió 7.215.752 votos en las elecciones de diciembre de 2015. ¿Les parecen demasiados? ¿Y comparados con otros líderes mundiales? Unos 19 millones de reproducciones había contabilizado en esas fechas el vídeo “Charlie Charlie Challenge” de El Rubius. Por ceñirnos sólo a la política, los 105.963 votos que recibió en mayo de ese año Rita Barberá como candidata a la alcaldía de Valencia van menguando frente a las casi dos millones y medio de veces que ha sido visto el remix de Iván Lago sobre su inspirador ¿discurso? del “caloret”.  

martes, 9 de agosto de 2016

Ficcionario: Hemingrey

Ernest come poco, sólo bebe agua y no caza más que resfriados en primavera. Al concluir la merienda, le toman la tensión -por segunda vez- e intenta completar un crucigrama. Comienza por las horizontales para evitar el vértigo. Lo llena de tachones y termina irritándose. Si nadie le observa, el pasatiempo concluye con un periódico enrollado que aprende a volar desde la ventana y aterriza desmadejado en el jardín. Los latidos se ralentizan, dormitan al fin los fantasmas, la taquicardia da paso a la pausa.  

Suele aparecer entonces esa señora miope con una conversación intrascendente que al principio le fastidiaba y ahora le sirve para ejercitar su personaje. Y él aprovecha para fabular sin disimulo, insertando mujeres y aventuras en la vida insípida de un niño tímido que a base de perseverancia consiguió ser bibliotecario. Se regodea narrando amistades incondicionales para engañar el olvido en vida del jubilado solitario al que sus hijos, siempre tan ocupados, han dejado de visitar. Luego cena en silencio, lee un rato los mismos párrafos, a veces reza no sabe a quién, procura dormir.   

domingo, 7 de agosto de 2016

Ficcionario: Gañanistán

No aparece en los atlas geopolíticos y su población flotante no conoce más gobierno que los bajos instintos. Gañanistán es un estado sin dignidades que se instala allá donde alguien que por treinta minutos se siente poderoso alquila el uso de los orificios corporales ajenos. Consumida la carne, recompensada la discreción, el pagador  barrunta que no será difícil vencer otras resistencias.

“Habéis declarado muy bien, vamos a celebrarlo con volquetes de putas”, prometió, según se escucha en una grabación, un cargo público de la Comunidad de Madrid a los agentes que evitaron implicarle ante el juez en una red de corrupción y espionaje a otros dirigentes. Volquetes, putas y políticos compondrían cualquier escena caricaturesca en una película de Torrente. Fuera de la pantalla representan el declive moral novelado por Chirbes, el sórdido descenso de Berlusconi al abandono abusivo en su villa bunga-bunga.

sábado, 6 de agosto de 2016

Ficcionario: Ficcioso

La realidad son los otros. Con sus neuras, algunos humores turbios, un humedal en las axilas. El realismo puede apellidarse “sucio” y, con el beneplácito de la crítica, consagrarse como género literario. La realidad, en el mejor de los casos, apenas pasa de pringosa. Pero es imprescindible como escenario para soñarnos.   

Don Quijote, de Antonio Saura 
Ficcioso: dícese de quien recurre a fabulaciones para perturbar la quietud pública. No se asusten los bienintencionados. La verdadera amenaza, pronostican al cierre de la Bolsa desinteresados oráculos bancarios, procede de tantos clickealistas que, sin haberlos vivido, se atreven impúdicamente a desear días más justos, mundos mejores. Dónde habrán leído eso, qué habrán tomado antes.       

Por su naturaleza volátil, los ficciosos prefieren una derrota por goleada ante un gigante que un empate de penalti injusto contra un molino. Cabalgan y cabalgan con grandeza suicida hasta que las circunstancias (y los otros) traicionan su “yo”, los elevan cuatro metros sobre el suelo y los arrojan, las costillas por delante, contra el ardiente asfalto de agosto. Ni así escarmientan. Sentados sobre el fracaso, van rumiando una renovada ilusión por volar. Aletean. Luego, existen.

viernes, 5 de agosto de 2016

Ficcionario: Eurexit

Como eres tirando a pobre, pareces fuerte y no te quiero enfrente, te dejaré trabajar de segurata   y no preguntaré demasiado. Ese fue el mensaje que la Unión Europea lanzó como un salvavidas a Turquía para llegar en abril a un acuerdo, preñado de cifras, huérfano de personas, sobre la devolución de los refugiados. Tras los rifirrafes en los anteriores repartos al peso -baratwo, baratwo- la externalización del portazo. Trabajo sucio y ojos cerrados. Ni coraje queda en las instituciones comunitarias para asumir otro fracaso.    

La idea de una Europa común arraigó en la posguerra como un club comercial de países demócratas, se convirtió por la recuperación en un club de países prósperos, abrió después la puerta a los habitantes del Este poscomunista y preconsumista para transformarse en un club de países libres y ahora, a diferencia del Barcelona, no pretende ser más que un club. Con cuotas de pertenencia, vallas y vigilante junto a cada torno. ¿Derechos o desechos? ¿Y tantas libertades? Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor –como los valores europeos- salta por la ventana. Lo cantaba, qué premonitorio, El Último de la Fila.

jueves, 4 de agosto de 2016

Ficcionario: Deprendedor

Cada vez que el director de Recursos Inhumanos repasa pellizcándose la perilla el orden del día del próximo Consejo de Administración, un empleado con más trienios que canas empieza, aun sin presentirlo, a hacer cola frente a la ventanilla de los escogidos para emprender. Como "echar" suena destemplado y carente de cariño, el conceto "despido" acumula en castellano más eufemismos que el miembro viril. Hay quien lo llama  "extinción del contrato laboral" (¡a mí los bomberos!); los aficionados a dietas, gimnasios y cirugías aluden a la "reducción de la masa salarial"; y no falta quien, optimizando el ficcionario,  apela a la "disminución de costes productivos". Así se multiplica, imparable y conmovedora, la creatividad en la industria del adiós.  

Define la RAE como emprendedor a quien "emprende con resolución acciones o empresas innovadoras", cuando en rigor no existe empeño más raído que subsistir. El informe anual de la Fundación Foessa descubrió en junio que la última forma de pluriempleo que experimenta el 14’8% de los trabajadores españoles consiste en currar a tiempo parcial y vivir a tiempo completo en el umbral de la pobreza. Un rato ocupados y el resto de la jornada, muy preocupados. Son las servidumbres del primer mundo; hay otros peores, pero están más lejos.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Ficcionario: Chinquete

No consta que hubieran visto “Verano Azul”, ni en castellano ni en chino mandarín, pero Yang Wu y Wu Ping resistieron durante tres años sin luz, agua ni gas antes de abandonar en primavera de 2007 su vetusta vivienda en la localidad de Chongqing. Resistieron rodeados por un foso de cinco metros de profundidad y más de 15 de diámetro, resistieron varados en un embarrado solar en obras, resistieron presionados por la promesa de una felicidad planificada en despachos inmisericordes.

                    La casa-clavo de Yang Wu y Wu Ping
Foto compartida en http://multido.blogspot.com.es/ 
Todo cabe en la ancha China. Desde una réplica de la Torre Eiffel rodeada de huertos a las casas-clavo que encarnan entre avenidas la Numancia del comunismo de mercado, si es que ese Frankenstein ideológico-pragmático permite una clasificación. Viviendas que arraigaron en un pliegue espacio-temporal formado en la extraña evolución desde el arroz y la supervivencia al epatante centro comercial, en un desvío del camino entre el mercadillo local y los mercados globales. Sus ocupantes no quisieron marcharse cuando el crecimiento económico superaba anualmente las dos cifras –el 14,2% en 2007- y se mantienen como fantasmas que rememoran las escaseces pretéritas cuando ya no alcanza el 7%.   

martes, 2 de agosto de 2016

Ficcionario: Clickealista

El 22 de septiembre de 2011, a última hora de la mañana, el Congreso votó de forma sucesiva ocho enmiendas del Senado a proyectos de ley sobre materias tan diversas como las explotaciones agrícolas y el Museo Reina Sofía, y convalidó luego dos decretos sobre el Impuesto de Patrimonio y el empleo en las Fuerzas Armadas. Apenas hubo abstenciones. O nuestros parlamentarios se han transformado, estimulados por un ambiente hostil, en humanistas de infinita erudición o bien encarnan un dechado de disciplina a la hora de apretar el botón que indican, mano en alto, a la manera de la NBA, sus portavoces.

Con el advenimiento digital, el clickealismo ha dejado de ser patrimonio del índice vertiginoso de nuestros dedócratas electos. En el mismo lapso apresurado en que se desarrolló aquella incontenible cadena de votaciones, un internauta podría hoy, cinco años después, respaldar un centenar de causas, algunas incluso deseables. Podría llegar a apoyar miles, millones, todas; aunque fueran incompatibles entre ellas. Porque respaldar una petición en Internet no implica postergar otras y además es baratwo. Su coste se limita al desgaste de nuestros bienintencionados ratones. Y eso no es maltrato animal, al menos hasta que a alguien se le ocurra proponerlo y salga adelante. Cuestión de tiempo.    

lunes, 1 de agosto de 2016

Ficcionario: Baratwo

Anglicismo usado para designar copas baratas en la modalidad "dos al precio de una", pariente lejano del antiguo y denostado garrafón. Este tipo de oferta, tan extendido en los últimos años, rebaja con pedruscos de hielo premisas que no resistirían un análisis racional:

-o hemos acumulado un stock superior al que podemos vender al precio inicial (lo que implica que algún día de infundada euforia nos engañamos a nosotros mismos)
-o manejamos un margen suficiente (y por tanto en el pasado tratamos de saciar con el precio y no con la calidad la satisfacción de nuestros respetables clientes)
-o nuestro producto tuvo un coste irrisorio o inexistente (mejor no pregunten)
-o se encuentra a punto de perder valor (mejor no contesten y acaben el yogur; como dijo el tango, veinte días de caducidad “no es nada”)

El máximo éxito del baratwo es hacer que nos olvidemos de la crisis (¿qué crisis?) y hallemos la coartada personal perfecta para vaciar los bolsillos y exprimir la tarjeta hasta que cruja la banda magnética. Era la máxima del maestro Cipri. Antiguo emigrante a Alemania y lector de amarillentas novelas del Oeste, regentaba una diminuta panadería cercana a un colegio de Valladolid. Aparte de un carácter algo refunfuñón, tenía la suprema habilidad de encontrar en los recipientes de encurtidos a granel la cebolleta que se ajustaba, qué casualidad, a la calderilla que aún no habíamos gastado. “Mira, una de dos pesetas”. Y la pescaba. Y pagábamos encantados. Sin violencia. Eso es categoría.